Álvaro y yo vamos a desayunar, hay cereales, leche, café, tostadas y mermelada. Así que al lío.
En eso aparece un tiarraco que se jode la perra. Extranjero. Resulta que era uno de los que dormía en nuestra habitación, ya me caen menos mal.
Viene otro también y hablamos con ellos. Entre ellos hablaban inglés, pero resulta que estos saben hablar algo de español. Uno es alemán (de padre español) y otro estadounidense (de exnovia colombiana). Son muy simpáticos y nos cuentan que están aquí para dos semanas haciendo algo de cooperación con las tortugas y con una escuela.
Luego se van y Álvaro y yo tomamos (*Apunte: No decir COGER porque significa otra cosa) el autobús para Cartago.
Estando en la parada pasa uno y no para. Nos quedamos extrañados y preguntamos a un hombre que estaba esperando. Nos dice que hay que avisar al autobús levantando una mano para que se pare. Así que el próximo no se nos escapa. No recuerdo bien el precio, pero no llegaba a 1 euro.
Cartago está a unos
El paisaje es precioso, se trata de montañas altas altas y verdes verdes, mucha vegetación. Muy nublado también. Tan nublado que no se llega a divisar el volcán Irazu.
No dejan de haber casas durante todo el recorrido.
Llegamos a Cartago, lo primero que se ve es un cementerio supergrande, debe ser porque no los entierran unos encima de otros (aún no he ido a verlo pero es lo que me han comentado). Las lápidas son muy blancas, un blanco Neutrex futura que no sé cómo lograrán mantener. Y parece que se intuyen mayormente figuras de ángeles en ellas.
Preguntamos dónde bajar para ir al TEC (Instituto Tecnológico de Tosta Rica) y nos perdemos varias veces hasta llegar a éste (dos cuadras hasia la derecha,
Cartago es chiva (*Apunte: chiva es guay, si dices guay no te entienden; una putada teniendo en cuenta lo que lo digo yo!). Imaginaba que Cartago iba a ser feo. Pero no, es más auténtico que San José, me gusta más. Es como cuando llegas a Valencia y estudias en Alcoy; que Valencia es supuestamente más bonita, pero Alcoy tiene mucho más encanto. Así que se puede decir que estoy viviendo en mi Alcoy tropical.
Llegamos a la uni (o como dicen aquí, a
¡Qué alegría! Esteban me dice que SÍ que tienen alojamiento para mí, una faena menos. Además, según he comprobado más tarde, es difícil encontrar un sitio amueblado.
Vamos a conocer mi nuevo hogar. La entrada funciona con tarjeta, pero realmente no funciona. Llamamos a
Después hacemos una rápida visita mientras intentamos localizar el sitio para tomar el bus de vuelta a San José, ya que no me había traído mis maletas pensando que no tenía alojamiento. Vemos la basílica de nuestra señora de los ángeles, que es muy grande y bonita. Allí cada 2 de Agosto hay una peregrinación y acuden personas desde diferentes países. Para que se hagan una idea; Tosta Rica tiene unos 4 millones de hab. y ese día vienen más de un millón, de hecho ya están montando cosas para el Gran Evento.
Después nos tropezamos con unas ruinas preciosas también, muy bien conservadas.
Nos montamos en el autobús para S. José y quedamos con nuestros amigos ticos que nos han invitado a almorzar (*Apunte: almorzar no es almorzar, es comer).
Vamos al super y compramos lo necesario para cocinar una sopa azteca, típica de México (tienen bastante influencia mexicana en cuanto a comida se refiere). Esto es: queso, tortillas y sopa de tortillas (no las que conocemos en España de huevos, sino las tortitas de harina de maíz con las que se hacen las fajitas). El último ingrediente que falta lo compramos en un puesto por la calle, ya que sale más barato: aguacates. 7 aguacates por 1000c. (1,5 euros). Y nos regalan uno más por nuestra cara bonita.
Vamos a casa de Lu, y Paulo se encarga de preparar todo (más o menos) mientras ella nos enseña en su comedor los pasos básicos de salsa.
Después volvemos a nuestro hostal y nos hacemos (un poco más) amigos de los guiris de nuestra habitación. Hablan un inglés que a mi me parece chino, porque entiendo lo mismo. Al principio no pronuncio ni “hello” por vergüenza (imagina hablar con americanos utilizando mi inglés-aragonés), pero luego me entra la necesidad de hablar y le pillo el gusto.
Preguntamos al de recepción y acabamos cenando en “Nuestra Tierra” con ellos.
Una bonita velada, si señor. Lástima que ahora que nos hemos conocido ellos se van a sus respectivos lugares (a las 5 de la mañana). Y como la confianza da asco, y cuanto más primo más me arrimo (ni t’arrimes), avisados quedan de que si hacen escándalo se la liamos.
Esa noche dormimos como lo que no somos, unos angelicos.