Con los días de sol que estábamos teniendo y ¿a quién se le ocurre ponerse a llover? Buf, que tigra (*Apunte: pereza). Miento, en verdad no, casi empezaba a echar de menos la lluvia.
Fuimos a imprimir unos planos por la mañana y llegué a casa caladica. Me puse mis botas de hule y me fui a Fresnoss a por un litro de Pilsen mientras dejé a José cocinando escuchando al grande Walter Ferguson.
Y aquí estoy ahorita, que dentro de nada jalaré para el laboratorio, a ver si conseguimos sacar algo de provecho.
Después tocará fundir de nuevo, que la vara no salió tuanis... Y entregar el último brete al profe (*Por cierto, aquí a los profes no los llaman por el nombre, le dicen: Profe, no entiendo eso...).
Y blablabla...
Bueno, no les quiero aburrir; pórtense bien.
(Fecha: 1/12/10)